Para Angèle el arte es el medio, la vía a través de la cual las jóvenes pueden recuperar su dignidad. Su labor consiste en brindarles los instrumentos necesarios para que adquieran una conciencia propia, que se rodeen de un universo más rico y tranquilizador en el terreno simbólico e imaginario.
Todo ello gracias a la práctica del arte.
Sus fotografías nos abren una ventana a un mundo desconocido, nos muestran la figura de la mujer africana desde otro punto de vista.
Su obra exalta la belleza real, las protagonistas de sus fotos son mujeres reales, naturales, ahí reside la fuerza de su trabajo. A través de las diferentes texturas, escenarios naturales, y sobre todo del color, consigue transmitir fuerza, emoción y cercanía.
El cromatismo es uno de los puntos clave de su trabajo, en cada imagen existen uno o varios colores que la invaden, creando una atmósfera de misterio o mostrando un modo de vida. Consigue captar la atención del público y dirigirlo hacia el elemento central de la fotografía.
Las miradas se convierten en protagonistas, de ahí que utilice los primeros planos y recurra mucho al retrato, porque a través de los ojos de estas mujeres conseguimos ver la realidad.
Se detiene a fotografíar los detalles, y en las fotos individuales se puede observar que no le preocupa cumplir las reglas de la composición, se centra en aquello a lo que quiere dar importancia, sin importarle recortar la imagen todo lo que considere necesario.
Se puede observar como predominan las líneas, tanto aquellas que se forman de modo natural, como las creadas por otros elementos, como máscaras, velos etc. Cumple por norma general la regla de los tercios, por lo que no se crea una sensación de agobio, ni sobrecarga. Las imágenes están en perfecto equilibrio, y las luces y sombras también juegan un papel fundamental para esta artista.
Nos muestra a una mujer racial, femenina, nos enseña su belleza y acaba con ciertos estereotipos. Acercándonos a una África más moderna, a través de ellas, de su modo de vestir y de sus costumbres.
Angèle no sólo realiza una labor social y educativa para las jóvenes de Camerón, a través de su Fundación Essamba, sino que gracias a su trabajo va mucho más allá. Consigue transmitir esa realidad al resto del mundo a través del arte. Y lo más importante promoviendo el respeto mutuo, el entendimiento y la tolerancia.
“Essamba utiliza el cuerpo humano como un plano estético para representar la realidad mental del exilio y la vida entre dos culturas (…)”